Sentenzas, fías e ruadas na bisbarra de Castroverde

Corridas do galo e Tribunais da Pascua

-XIII-

Achegas de

Xosé María Gómez Vilabella

Tribunal da Pascua constituído para xulgar a unha boneca chamada

Blanca Flor.

Defensora, unha muller. Asombroso naquela época, pero constitúe unha proba máis, de rango documental, cultural, da importancia e da categoría que sempre se lle deu á muller nesta bisbarra de Castroverde.

Defensora
A contestar la demanda – de la joven Blanca Flor,

y a las órdenes de ustedes, – aquí está Rosa Campoamor.

Del expediente instruído – muy bien me he enterado:

Está lleno de mentiras, – al menos el Atestado.

Aclararé punto a punto – el error del Atestado

cuando tenga por delante – al Acusador Privado.

Acusador
Con el permiso de todos. – De pié, y ante la Sala ,

aquí está el Abogado – de la acusación privada.

Como me llamo no importa. – Soy Acusador Penal,

y sostengo la acusación – de este crimen sin igual.

A esta niña de la defensa, – señorita Campoamor,

las piernas le temblarán – delante del Acusador.

Defensora
Ya se ve que la ignorancia – suele ser muy atrevida;

aunque soy del sexo débil – no le tengo cobardía.

Acusador
Esa mujer engañó a un hombre – diciendo que lo quería,

y desde que se casó, – con otros chicos ella dormía.

Defensora
Ese hombre la abandonaba – sin cumplir con su deber.

¡Quien no valga para casado – no debe engañar mujer!

Acusador
Para chuparle la plata – pronto se casó con él,

y luego se divorció – sin cumplir con su deber.

Defensora
Hizo bien en divorciarse – teniendo una causa justa,

que para eso está la Ley. – ¡No crea que me asusta!

Acusador
No me diga que es legal, – muy en serio se lo digo,

una mujer que de casada – envenena a su marido

Defensora
Muchos más hombres se han muerto – que nadie envenenó;

A este se le acabó el arriendo – y el pobre, de viejo, se murió.

Acusador
Además es comunista, – de filiación declarada,

y por estas necedades – debe ser castigada.

“Necedades”, “necios”, eran os cualificativos que empregaban os Curas para referirse á xente de esquerdas.

Defensora
Porque sea comunista – no hay derecho a castigarla;

¡uno tiene el ideal – que le dá su real gana!

Acusador
Esta debe quemarse, – como quemó los conventos,

para así, de esa manera, – hacer los escarmientos.

Defensora
Obran con doble intención – los que queman los conventos;

y luego embrollan lo que quieren – para cubrirse con ello.

O Autor recolle aquí a dialéctica que se suscitou sobre algunhas queimas sospeitosas ou nunca ben demostradas as imputacións.

Acusador
Además, según se prueba, – solicitó a un casado;

delito que en conciencia – debe ser muy castigado.

Defensora
Bien poco debe valer, – aunque éso fuera verdad,

el hombre que se domina – de una menor de edad.

Neste inveterado respecto á muller entraba a escrupulosidade e os miramentos coas máis novas. Nesta zona non se deron, normalmente, abusos deshonestos con menores.

Acusador
Para que usted se convenza – de sus grandes extravíos,

ya verá lo que aquí declaran – algunos de los testigos.

Defensora
Jóvenes que me escuchais – acercaros a mi lado.

¡No debemos consentir – este machismo declarado!

Blanca Flor no se quema – porque sea una mujer:

¡Aquí estamos las de su sexo – que la vamos a defender!

No encuentro para el castigo – causa alguna conocida.

¿O es que la mujer no tiene, – también, derecho a la vida?

A “claque”, entre o público, produce un gran alboroto, que por suposto estaba programado.

Defensora
Calmaos, jóvenes lindas; – pido que tengais paciencia,

y esperemos, confiadas, – al fallo de la Sentencia.

Outra “Pascua”, tamén chamada Blanca Flor. (O que non se me alcanza é o moito desta reiteración nominal; pareceríalles expresivo, pero non se observa plaxio coa anterior).

Nesta interveñen: Gardas, testemuñas, acusador privado, defensor, xuíz e un notario.

Atestado
A todos pido silencio, – y un poco más de atención,

para que oigan y se enteren – de esta mi declaración.

Se trata de un caso grave – lo que voy a manifestarles,

pues esta chica incurrió – en tremendas responsabilidades.

Se llama Blanca Flor, – y de nación asturiana,

de la pintoresca villa – de Pola de Laviana.

Abandonó a sus padres – cuando sólo quince años tenía,

y se marchó a un pueblo – de la provincia de Sevilla.

Enseguida que llegó – muy pronto empleó su arte:

¡En unión de otra gitana – dedicábanse al pillaje!

Empleando sus embustes – se hizo pasar por honrada,

engañando a una familia – que la tomó de criada.

Entonces allí vivía, – felizmente, un matrimonio,

pero al poco tiempo, – señores, había las del demonio.

Muy pronto de su marido – la señora se llegó a mosquear,

porque el diablo de la criada – le solía acariciar.

Con este hombre siguió – hasta lograr y conseguir

que él dejara a su mujer – para con ella convivir.

No tenía aún con ello – satisfechos sus deseos,

pues no sólo con este hombre – terminaron los jaleos.

Las señoras de otro barrio, – donde fueron a vivir luego,

muy pronto se encontraron – con sus maridos en juego.

Pero estas sevillanas – pronto le aplicaron medidas:

¡La devolvieron a Asturias – para quedarse tranquilas!

A Garda Civil, a petición das “forzas vivas” de cada lugar, trasfegaba de continuo nos xitanos devolvéndoos ó lugar da súa procedencia.

Cuando vino la Revolución – se ha hecho miliciana,
y en las filas enemigas – se sabe que fue Comisaria.

Parece que se refire á Revolución de Asturias do ano 1.934

Cuando por tales fechorías – la buscaba la Justicia ,
ha burlado a los Agentes – internándose en Galicia.

En el pueblo donde vivía – pronto le siguieron la pista,

pues ella aquí actuaba – de indecente strapelista.

Refírese ó “affaire” ou corrupción do xogo, no bienio 1.933/36. A acepción vulgar deste termo veu despois da Guerra.

Sus vecinos dan conocimiento –enseguida a la justicia;
la buscaron mis Agentes – y aquí está detenida.

Hechas las diligencias – quedo todo bien comprobado,

y que es la verdad, señores, – lo demuestra al Atestado.

Terminado mi Informe – esperaré por aquí, al lado,

Puesto que prisa no tengo, – ¡hasta ver el resultado!

Xuíz
Admito como Acusador Privado – al Letrado Sr. Pajerto,

quien tiene ya la palabra, – ¡y que Dios nos dé acierto!

Pero también se le nombra – de Oficio un Defensor:

Aquí tenemos otro Abogado, – que es don Jacinto Igualador

A intervención dos Avogados, no capítulo seguinte.

_____