A pascua da Meda

Ano 1948

Xa poucos quedamos dos participantes naquel acto folclórico: Corrida do galo e Sentenza da Pascua. Este relembro dedícollelo aos que viñeron despois. Non, non era un teatro machista, senón todo o contrario: Aspiraba á perfección da muller, pois a dos homes era / é máis difícil de lograr. Esta foi aquela “Sentenza”, seguida do “Testamento” que nos fixo a boa da rapaza:

Es un caso tan horrible,
que tiemblo al hablar;
pero la Ley es severa
y no se puede vacilar.
Revisado el Atestado,
y comprobados los delitos,
¡mando que sea quemada
en este cruce de caminos!
Es dura, señores míos,
esta pena consabida,
pero es legal, es la Ley,
¡y así tiene que ser cumplida!
Se debe emplear la Ley
para corregir la Humanidad;
para que con estos ejemplos
escarmienten los demás.
En este mismo momento
mando que le planten fuego,
pero le doy el tiempo necesario
para que haga testamento!

Adiántase o Escribán co seu recado de escribir antigo, tinteiro, pluma de ave, etcétera.

En nombre de buen cristiano
y de la buena ventura,
aquí estoy para redactar
el Testamento de esta criatura.
Me han nombrado Notario,
¡San Patricio me dé acierto,
que no me salga una copla,
en lugar de un Testamento!
Según manifiesta, Blanca Flor
no tiene ningún pariente,
así que reparte su fortuna
de la manera siguiente:
A las niñas de quince a veinte,
que sean guapas y buenas,
a esas no les deja nada,
que bien se gobiernan ellas.
A las de veinte a veinticinco
les deja un capital,
a ver si así puede ser
que se lleguen a casar.
A las de veinticinco arriba
deja en Sevilla un convento
para que se metan monjas…,
si no logran casamiento!

Parece unha referencia á dona Inés do Tenorio.

Deja una pieza de estopa
para que se hagan camisas,
fajas, bragas y pantalones,
las chicas más presumidas.
Bienes no le quedan más,
pero os dá buenos consejos,
que aunque no alimenten
a más de una le serán de provecho:
No seáis mozas presumidas,
y os casareis primero,
que los hombres las quieren monas
nada más que para el juego.
Digo también que por morir pronto
de mi no tengáis ningún pesar,
que en este pícaro mundo
poco bueno se puede esperar.
No sigáis mis costumbres
pues ya veis el resultado:
por ser una lujuriosa
bien caro lo estoy pagando!
Si después de que me quemen
quedase algo sobrante,
se lo dais a este Juez,
¡y que le sirva de purgante!
A mi Defensor le dejo
todo el camino para correr:
¡se llevó mi dinero
sólo por dejarse convencer!
Terminado mi Testamento
pagareis al Escribano
y los derechos a la Hacienda
antes de cumplirse el año!

O Autor, ademais de busca-la asonante, dá unha alerta aos herdeiros para recordarlles a perentoriedade no pago dos Dereitos Sucesorios.

Despois da queima e dos foguetes, os Predicadores, como colofón do espectáculo; seguidamente, baile, PERO con día para chegar ás casas, de escarmentadas as mozas…, ¡e tamén por imperativo dos Gardas!

Xosé María Gómez Vilabella